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Prosperitá
El cielo y la tierra no tienen benevolencia alguna. Para ellos todos los seres son como peleles.
El sabio tampoco es benevolente.
Para él todos los seres son como peleles.
El espacio entre cielo y tierra es semejante a un fuelle, está vacío, pero no se hunde;
cuanto más se mueve, más sale de él. Hablar nos deja vacíos.
Más vale conservar lo esencial.
El cielo y la tierra no tienen benevolencia alguna. Para ellos todos los seres son como peleles.
El sabio tampoco es benevolente.
Para él todos los seres son como peleles.
El espacio entre cielo y tierra es semejante a un fuelle, está vacío, pero no se hunde;
cuanto más se mueve, más sale de él. Hablar nos deja vacíos.
Más vale conservar lo esencial.
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